miércoles, 27 de mayo de 2015

La maldicion de Superman




Los entendidos aseguran que la famosa maldición de Superman comenzó a gestarse en la década del 30’, luego que Jerry Siegel y Joe Shuster, dos jóvenes que habían crecido
leyendo revistas de comics, novelas baratas y las seriales de radio y televisión, crearan un héroe alienígena super poderoso e indestructible en la misma época que Estados Unidos pasaba por la depresión económica más grave de su historia. Los dibujantes habían vendido ingenuamente por 130 dólares los derechos de su creación a la editorial DC Comics, que se aprovechó de la desmejorada situación económica de los dos amigos. El 1 de marzo de 1938 una carta enviada por un ejecutivo a Siegel y Shuster contenía varios cheques por diferentes trabajos y, entre ellos, uno de 130 dólares por un tal Superman. Sin sospecharlo, el dibujante Shuster y el escritor Siegel habían vendido al superhéroe más importante de la historia y la DC Comics había iniciado una de las leyendas más negras e infaustas en la historia del cine.

En junio de 1938 el primer número de Action Comics lucía en su portada a un héroe desconocido para la audiencia, Superman. En pocos meses las ventas superaron los 50 mil ejemplares, lo que obligó a que el superhéroe de Kripton tuviera su propia revista tan sólo en un año después, con ventas superiores al millón de ejemplares. El clamoroso éxito del personaje se tradujo en millonarias cuentas bancarias para los editores de DC Comics, pero sus dos creadores no vieron un sólo peso. Ello les llevó a entablar una enconada lucha legal que se prolongaría durante décadas, pero que tendría como primer efecto su despido inmediato de la empresa. En ese momento se asegura que Siegel y Shuster maldijeron a todo aquel que usara de alguna manera (dibujada o real) el traje de Superman.

Comienza la maldición

En 1951 se lanzó el primer largometraje estelarizado por el actor George Reeves, que al año siguiente protagonizó una famosa serie de televisión que estaría en pantalla hasta 1958. Superman, con el rostro de Reeves, se convirtió oficialmente en el gran héroe estadounidense. Sin embargo, en 1959 Reeves fue encontrado muerto con un disparo en la cabeza. Pero el arma que se encontró a su lado no tenía sus huellas digitales y su autopsia reveló grandes cantidades de droga en su cadáver. Además, se comentaba tras bambalinas que el fallecido actor mantenía un tórrido romance con la mujer de un alto ejecutivo de los estudios MGM. Hasta el día de hoy, no se sabe si su muerte fue un suicidio o un asesinato.

A principios de la década del 60’ Superman se unió en Estados Unidos a la ola de optimismo nacional que provocó la llegada de John Kennedy al poder. Tras consultarlo con sus asesores, el carismático y joven presidente aceptó protagonizar un cómic junto al superhéroe de la capa roja y el traje azul. “La misión de Superman para el presidente Kennedy” se iba a titular el número que aparecería en abril de 1964, pero esa edición jamás salió a la calle. En noviembre de 1963 varios disparos segaron la vida de JFK en una de las calles de Dallas.

En 1975 el productor ILya Salkind decidió de nuevo llevar al cine las aventuras del hombre de acero pero, antes de abordar la empresa, terminó enfrascado en una molesta disputa legal con nuestros conocidos Jerry Siegel y Joe Shuster, dos abuelos que ahora vivían en la semiindigencia (Shuster estaba casi ciego y compartía un vetusto y ruinoso piso con su hermano, mientras Siegel ganaba una miseria como cartero). En un ataque de ira y frustración, Siegel escribió un comunicado de prensa denunciando su triste situación: “Los editores de Superman mataron mis días, asesinaron mis noches, ahogaron mi felicidad y estrangularon mi carrera. Considero a esos directivos unos asesinos económicos y monstruos cegados por el dinero y, yo, Jerry Siegel, cocreador de Superman, maldigo esa película”. Con una excelente crítica y una millonaria taquilla en todo el mundo muchos se mofaron de su amenaza, pero después tuvieron que arrepentirse. El primero fue el actor Marlon Brando.

Brando, el incomparable genio de la actuación que había cobrado 3 millones de dólares por salir sólo ocho minutos en pantalla, quedaría destrozado en mayo de 1990 cuando se enteró que su hijo Christian había asesinado a Drag Dollet, el novio tahitiano de su embarazada hija Cheyenne. Christian fue condenado a 10 años de cárcel y en abril de 1995 Cheyenne se ahorcó en el hogar materno.

La bella actriz Margot Kidder, quien interpretó a Luisa Lane en toda la saga de las películas de Superman en los 80’, sufrió en 1990 un accidente de coche que la postró por un tiempo en una silla de ruedas. Y, seis años más tarde, se presentó en el aeropuerto de Los Ángeles gritando como poseída: “¡Sé que me vigilan! ¡Me quieren matar!”. Al parecer sospechaba de una conspiración mundial orquestada por su primer ex marido, en conjunto con la CIA, para poder acabar con ella “por su poder para cambiar el orden establecido”. Cuatro días más tarde fue encontrada en un callejón totalmente rapada (llevaba sus cabellos en una bolsa de plástico) y sin la parte frontal de su dentadura. Según relató a la policía, había perdido los dientes en una pelea porque la habían intentado violar. Los médicos que la atendieron dijeron que sufría desorden bipolar.

Christopher Reeve, el solidario actor (vino a nuestro país en 1988 a apoyar a varios actores chilenos amenazados de muerte) que encarnó a Superman en los 80’, fue la víctima más famosa de la maldición. En 1995 quedó tetrapléjico tras caer de su caballo durante una competencia de equitación. A su muerte, ocurrida en 2004, se sucedió la de su mujer, Dana, cuatro meses más tarde, por un cáncer de pulmón, algo totalmente inesperado tomando en cuenta que ella jamás había fumado un cigarrillo.

Pocos conocen a Lee Quigley, pero también fue uno de los actores que padeció la presunta maldición. Interpretó a un pequeño Superman de unos pocos meses en “Superman I” (aparece en los brazos de Marlon Brando) y con tan sólo 14 años de edad falleció en 1991 por su adicción al pegamento.








El comediante negro Richard Pryor, que recibió 4 millones de dólares por aparecer en Superman III, también recibió su dosis de infortunio. Después de rodar esta película se separó de su mujer -que descubrió que había mantenido un romance con Margot Kidder-, lo que lo llevó a retomar su vieja vida de alcohol y drogas. Y en 1986 se le diagnosticó esclerosis múltiple y afección coronaria. Poco después, al igual que Christopher Reeve, se vio postrado en una silla de ruedas hasta el final de sus días.

El director Richard Lester, que dirigió “Superman III” y las mitad de las escenas de “Superman II”, se retiro del medio en 1989 debido a problemas nerviosos. Posteriormente tuvo un accidente al montar a caballo, sufrió una fractura de pelvis y murió debido a una hemorragia interna.

Jerry Siegel, uno de los dos padres de Superman, murió finalmente en 1996 no sin antes llegar, después de medio siglo de pobreza, a un ventajoso acuerdo económico con Warner Bros, lo que le permitió pasar su vejez sin apuros económicos. Por ello, algunos aseguran que con su muerte la famosa maldición de Superman desapareció para siempre. Tras la película “Superman Returns”, del director Brian Singer, y con los actores de las series “Smallville” y “Las aventuras de Louis y Clark” gozando de muy buena salud, y una generosa taquilla y muy buenas críticas para “El Hombre de Acero”, la última película del superhéroe dirigida por el director Zack Snider y protagonizada por el actor inglés Henry Cavill, parece que el hijo pródigo de Kripton venció al peor de sus enemigos. Ese que no vino en forma de kriptonita ni encarnado en un malévolo supercriminal, sino en un franqueo postal que llevaba un cheque de 130 dólares.