Una noche de viernes santo, se hizo una fiesta en la discoteca más famosa de la ciudad, dicen que en un momento determinado de la noche ,entró a la discoteca un joven,
que atraía las miradas de todas las jovencitas que se encontraban en el
lugar, era alto ,muy bien vestido, con unos ojos algo extraños pero
encantadores…
Este apuesto joven se acercó a una
muchacha para sacarla a bailar y ella encantada por su apariencia aceptó
sin pensarlo dos veces, mientras bailaban él le advirtió que no mirara
sus pies ya que se sentía un poco intimidado y no era capaz de seguir el
ritmo, ella asintió con la cabeza…
Pero al cabo de un rato no resistió mirar sus pies, ella se quedó sin aliento al ver unas garras horribles y se desmayó enseguida, todo el mundo al ver a esta joven tendida en el suelo corrió a socorrerla, y el joven con el que bailaba ya había desaparecido del lugar.
La muchacha cayó en un terrible estado de coma, y sus padres ordenaron revisar las cámaras del lugar para identificar al hombre que todos creían que era el culpable de su estado, pero para sorpresa de todos, en el video de seguridad se veía claramente que la jovencita se movía sola por toda la pista de baile, el hombre no se reflejaba en la grabación. Para confirmar esta escalofriante historia en el baño del establecimiento en uno de los espejos decía:
“Viernes Santo, muerte de Cristo, Viernes Santo yo revivo y riego sangre y temor entre los humanos”…
La discoteca estuvo varios días impregnada con un olor a azufre y la joven murió después de un tiempo con unas marcas de quemaduras en la espalda…