Me levante de mi cama y prendí la luz de mi cuarto cuidadosamente sin
tropezarme con nada. Esa sed que tenia era insoportable y necesitaba un
vaso de agua, así que decidí bajar a la cocina y conseguirlo. Mi casa es
grande y oscura ya que en muchos pasillos hace falta un par de focos
para iluminar el ambiente lo que puede ser peligroso porque podría
tropezarme con algo y lastimarme, sin embargo, en esa noche tormentosa
los rayos y los relámpagos eran tan seguidos y fuertes que alcanzaba a
ver cada rincón de la casa por un segundo cada tanto.
Las escaleras son la parte de la casa donde hay mas oscuridad y son muy
peligrosas, mamá y papá dicen que tenga mucho cuidado de noche ya que
con esos escalones angostos puedo caerme y lastimarme. Justo antes de
bajar un relámpago ilumino absolutamente todo, y me pareció haber visto a
alguien en ese corto segundo que se iluminó todo, sin embargo solo
llegue a distinguir una figura negra que se movía.
Me asuste mucho, así que corrí al cuarto de mama y papa para decirles
que tenia miedo. Pero una gran sorpresa me lleve al ver que sobre su
cama había una especie de duende gigante que me miraba fijamente.
Por suerte, luego de eso me desperté inmediatamente de esa pesadilla.
Pero la sed inaguantable continuaba, así que me levante de mi cama y
prendí la luz de mi cuarto cuidadosamente sin tropezarme con nada. La
tormenta continuaba pero de todas maneras fui a las escaleras temblorosa
por la pesadilla y espere a que un relámpago iluminara la habitación de
abajo. Cuando logre ver por ese pequeño segundo toda la habitación note
que no había nada, a diferencia de la pesadilla. Decidí bajar con un
poco mas de confianza pero el miedo se apoderaba de mi mente en cada uno
de esos interminables escalones que bajaba. Llegue a la cocina y prendí
la luz, pero una sensación indescriptible cada vez se hacia mas fuerte a
medida que me acercaba a la heladera, sentía como si alguien mirara
cada movimiento que hacia, ¿seria mi mente que me estaba haciendo pasar
por una mala pasada?. Finalmente llegue, lentamente y con mucho sigilo
abrí la heladera mientras un olor repugnante se apoderaba de la
habitación. Lo que vi me puso los pelos de punta, un escalofrío recorrió
todo mi cuerpo de pies a cabeza cuando vi que dentro de la heladera se
encontraba los cuerpos mutilados de mis padres. Lo ultimo que recuerdo
de ese día fue el grito rechinante que salia de mi boca mientras me iba
desvaneciendo poco a poco hasta llegar finalmente al piso.