martes, 9 de junio de 2015

Nyngyo

Se dice que el Ningyo es un tipo de pez poco común con cara de humano y la parte superior parecida a la de un mono, tiene todo el cuerpo recubierto por unas brillantes
escamas de color dorado. 
Se dice que su carne es uno de los mejores manjares de todo el mundo y que incluso otorgan la inmortalidad a aquel que lo prueba pero dicen que capturar un Ningyo puede traer mala suerte, por lo que los pescadores al capturar uno lo sueltan de inmediato, para evitar que mueran en su barca.
Existe una leyenda muy conocida alrededor de este Yokai/Espiritu:
Hace mucho tiempo en la prefectura de Wakasa un pescador capturo un pez fuera de lo común, su piel era dorada y tenía cara humana. Debido a su cautivador olor decidió ofrecerlo a sus invitados esa misma noche. Uno de los invitados durante la cena entro en la cocina y vio la cabeza del pescado, con lo que aviso al resto de los invitados para que no se lo comieran.
Cuando el pescador sirvió el Ningyo todos los invitados guardaron su pedazo de pescado en el bolsillo para simular que se lo había comido para después lanzarlo al mar de nuevo. Todos menos uno, uno de los invitados que estaba borracho de sake se llevó el pescado a su casa y se lo ofreció a su hija menor, poco después se dio cuenta de su gran error e intento quitárselo pensando que podría ser venenoso, pero ya era demasiado tarde, la niña se había comido el trozo de Ningyo. Durante los siguientes días el padre tuvo a la niña totalmente vigilada después de algunas semanas supuso que aquel trozo de pescado no tenía ningún efecto nocivo y todo volvió a la normalidad.
Años después aquella niña que había probado el pescado se casó y tuvo hijos, pronto se dio cuenta que sus seres queridos envejecían y que ella conservaba el mismo aspecto que cuando tenía 18. Llego el punto en el que tuvo que enterrar a su marido y sus propios hijos. Se dice que la muchacha llego a casarse 6 veces y que vivió 800 años.
Al igual que las sirenas que conocemos, el Ningyo produce un sonido cautivador muy similar al sonido emitido por una flauta.